Siete prácticas para aprovechar las oportunidades de un mundo en continua transformación
El mundo se precipita hacia mayores cotas de complejidad con la dificultad añadida de que los cambios se producen más vertiginosamente que nunca. Es un hecho, un fenómeno que se extiende al ámbito empresarial, alcanzándolo de pleno.
Una prueba de cómo esta realidad adicta a la inmediatez y este mundo cambiante están impactando es el modo en que la esperanza de vida de las organizaciones está disminuyendo a un ritmo sorprendente. Así lo revela un reciente estudio de Innosight de 2021 1, que estima que la permanencia media de 30 a 35 años que las empresas del S&P 500 disfrutaban a finales de los años 70 se verá reducida a 15-20 años en esta década. A este ritmo, en diez años más del 75% del S&P 500 está conformado por empresas de las que nunca se ha oído hablar.
Mientras las empresas se enfrentan a un panorama incierto, con escasa visibilidad y altísimos niveles de incertidumbre, la máxima de Albert Einstein “en medio de cada crisis, hay una gran oportunidad” vuelve a tomar una gran relevancia.
En la medida en que las organizaciones salten de una mentalidad reactiva ante las crisis a otra de adaptación para avanzar, aprovecharán la oportunidad única que tienen ante sí para crear nuevos sistemas y modos de organización que sean más adaptables, flexibles, innovadores, integrados y, en última instancia, más humanos.
Las organizaciones que apuesten por estos nuevos planteamientos se verán a sí mismas como sistemas interconectados que buscan experimentar, fallar rápidamente, aprender y crecer. En suma, abrazar ese proceso y extenderlo ‘sine die’ mientras el mundo sigue cambiando, inevitablemente, y nosotros con él.
