Para las instituciones financieras europeas, el camino hacia la transformación digital ya no consiste solo en adoptar servicios en la nube, sino en gestionar un ecosistema multinube y multirregional. Los bancos, las aseguradoras y los gestores de activos recurren cada vez más a varios proveedores de servicios en la nube (CSP) para satisfacer las necesidades cambiantes del negocio, las exigencias normativas y los requisitos de resiliencia operativa.
Una estrategia multicloud permite a las organizaciones financieras aprovechar las ventajas únicas de cada proveedor. Uno puede destacar en el análisis avanzado de datos, otro en la escalabilidad global, mientras que las nubes privadas o soberanas ofrecen sólidas garantías de privacidad. Esta diversidad permite a las instituciones adaptar sus entornos de TI de formas que un único proveedor no puede ofrecer.
Sin embargo, este enfoque tiene un coste: la gestión de la ciberseguridad entre múltiples proveedores y múltiples regiones introduce una gran complejidad. La cuestión ya no es si centralizar o duplicar las medidas de seguridad, sino cómo lograr el equilibrio adecuado entre la sinergia y la redundancia en este panorama cada vez más fragmentado.
Por qué la multinube es inevitable en los servicios financieros
En Europa, las instituciones financieras se ven especialmente presionadas para adoptar estrategias multicloud y multirregionales por razones que van más allá del rendimiento técnico:
- Cumplimiento normativo: leyes como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE y los requisitos de residencia de datos específicos de cada país, como las normas de externalización en la nube de la BaFin en Alemania o las circulares de la FINMA en Suiza, suelen exigir que los datos financieros sensibles permanezcan dentro de las fronteras nacionales o de la UE.
- Resiliencia operativa: con la introducción de la Ley de Resiliencia Operativa Digital (DORA), se espera que las organizaciones financieras mitiguen el riesgo de concentración y garanticen la continuidad de los servicios, incluso en caso de fallo de un CSP.
- Consideraciones geopolíticas: La realidad posterior al Brexit y la mayor atención prestada a la soberanía de los datos hacen que los servicios transfronterizos requieran un diseño arquitectónico cuidadoso, que a menudo exige implementaciones en varias regiones.
Estos factores hacen que las estrategias multicloud y multirregionales no solo sean deseables, sino esenciales para las instituciones financieras europeas.
La complejidad de la seguridad en las nubes y las regiones
Cada CSP tiene su propia arquitectura de seguridad, con diferentes modelos de gestión de identidades y accesos (IAM), esquemas de segmentación de redes, estándares de cifrado y herramientas de cumplimiento normativo. Incluso conceptos básicos como la gestión del inventario de activos o la configuración de grupos de seguridad difieren mucho entre los distintos proveedores.
Cuando las instituciones financieras distribuyen las cargas de trabajo en varias regiones de la nube, la complejidad aumenta aún más:
- Servicios específicos de cada región: los CSP suelen ofrecer diferentes funciones en diferentes regiones. Por ejemplo, una herramienta de seguridad disponible en una región de la UE puede no existir en un centro de datos de EE. UU. o Suiza, lo que da lugar a lagunas en los controles de seguridad estandarizados.
- Silos de gestión: cada región de la nube suele requerir instancias independientes de servicios de seguridad como la agregación de registros, el control de acceso y la supervisión de la red. Esto puede dar lugar a una fragmentación operativa, ya que los equipos de seguridad deben gestionar múltiples paneles de control, controles y comprobaciones de cumplimiento.
- Restricciones normativas transfronterizas: en Europa, las instituciones financieras que operan en jurisdicciones como Suiza, Mónaco o Liechtenstein se enfrentan a estrictos requisitos de residencia de datos y control de acceso. Estos suelen requerir la implementación local de controles de seguridad, incluyendo roles de IAM específicos para cada región, gestión de claves de cifrado y sistemas de prevención de pérdida de datos.
- Compromisos entre latencia y disponibilidad: aunque la implementación de cargas de trabajo más cerca de los usuarios finales mejora el rendimiento, también puede requerir el mantenimiento de posturas de seguridad independientes para cada región, especialmente si los entornos normativos difieren.
Esta capa multirregional añade un segundo eje de complejidad a la seguridad multinube, lo que hace que los enfoques tradicionales de centralización y aplicación de políticas sean insuficientes por sí solos.
Centralización y sus límites
ara contrarrestar esta fragmentación, muchas instituciones financieras están adoptando plataformas de gestión centralizada para la seguridad en la nube. Herramientas como la gestión de la postura de seguridad en la nube (CSPM), la gestión de información y eventos de seguridad (SIEM) y los motores de políticas nativos de la nube permiten a las organizaciones definir directivas de seguridad globales, como estándares de cifrado básicos o segmentación de redes de confianza cero, que pueden implementarse en todas las nubes y regiones.
La centralización ofrece importantes ventajas:
- Aplicación coherente de las políticas en múltiples proveedores y geografías.
- Informes de cumplimiento optimizados, fundamentales para las auditorías de organismos reguladores europeos como el Banco Central Europeo (BCE) o las autoridades financieras locales.
- Reducción de los gastos operativos al minimizar la duplicación manual de los controles de seguridad.
Sin embargo, la centralización no es la panacea. Los CSP actualizan con frecuencia sus servicios, cambian los comportamientos de seguridad predeterminados o introducen nuevas funciones específicas para cada región. Es posible que las políticas definidas a nivel global no se adapten perfectamente a todos los entornos o regiones de la nube, lo que requiere una adaptación continua y conocimientos especializados.
Además, las instituciones financieras deben mantener la autonomía regional en materia de seguridad para cumplir con la legislación local. Por ejemplo, un banco europeo que opera en Luxemburgo y Alemania podría necesitar configurar medidas de protección de datos distintas para cada región, incluso dentro del mismo CSP, para ajustarse a las interpretaciones nacionales del RGPD.
Supervisión y respuesta a incidentes en diferentes nubes y regiones
Uno de los retos de seguridad más importantes en entornos multinube y multirregionales es la supervisión y la detección de incidentes. Cada proveedor de nube ofrece sofisticadas funciones de registro y alerta, pero estos servicios suelen estar limitados a una región y aislados entre sí.
Las instituciones financieras a menudo se encuentran gestionando múltiples flujos de datos de registro, cada uno con un formato diferente, procedentes de diversas regiones y nubes. Esto plantea retos en:
- Correlacionar eventos de seguridad entre múltiples proveedores y regiones.
- Mantener la visibilidad en tiempo real de los sistemas distribuidos, un requisito fundamental según la normativa DORA y otras regulaciones de la UE.
- Garantizar que los flujos de trabajo de respuesta a incidentes sean coherentes y eficaces, incluso cuando las alertas se originan en infraestructuras regionales distintas.
Algunas organizaciones intentan simplificar esto consolidando las cargas de trabajo sensibles en menos regiones o en un único proveedor de nube, pero esto socava la resiliencia y la flexibilidad que pretenden lograr las estrategias multinube. La solución más sostenible es invertir en plataformas de análisis de seguridad entre nubes, integraciones personalizadas y canalizaciones de normalización de eventos automatizadas, aunque esto añade capas de complejidad técnica y operativa.
Encontrar el equilibrio adecuado
El debate sobre la duplicación frente a la sinergia en la seguridad multinube no es teórico, sino una preocupación operativa diaria para las instituciones financieras europeas. Si bien la gestión centralizada de la seguridad puede agilizar las operaciones y reducir el riesgo, las limitaciones multirregionales garantizan que sea inevitable cierto nivel de duplicación.
El éxito radica en lograr el equilibrio adecuado:
- Centralice donde sea posible: utilice motores de políticas de alto nivel, herramientas CSPM y marcos de cumplimiento para mantener una gobernanza coherente.
- Localizar donde sea necesario: mantenga la experiencia, los controles y las capacidades de respuesta a incidentes específicos de cada región para cumplir los requisitos normativos locales y las realidades operativas.
A medida que la automatización, los estándares abiertos y el análisis basado en la inteligencia artificial siguen evolucionando, el camino hacia la verdadera sinergia multicloud se hace más claro. Pero, por ahora, las instituciones financieras europeas deben adoptar un enfoque híbrido, que reconozca las complejidades de las operaciones multicloud y multirregionales, al tiempo que mantenga rigurosos estándares de seguridad.